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¿Cómo saber si los niños y niñas están creciendo bien?

Por Débora Braslavsky


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El crecimiento es un proceso que nos resulta familiar porque todos los adultos pasamos por la experiencia de haber crecido y porque en lo cotidiano observamos el crecimiento de los niños y adolescentes que nos rodean.

De tan natural, pocas veces nos preguntamos cómo saber si un niño o niña están creciendo bien y el interés suele aparecer al compararlos con sus compañeros de grado o del equipo deportivo, cuando mide parecido a un hermano menor o cuando mantiene el talle de calzado de un año a otro.

Aquí voy a compartirles el cuándo, dónde, cómo y por qué controlar el crecimiento.

Desde el principio de la gestación y a lo largo de todo el embarazo se registra cómo crece el feto. Esto es tarea del obstetra y lo hace mediante las ecografías y la medición de la panza de la embarazada (altura uterina). Estas mediciones previas al nacimiento junto con la medida del peso y del largo del bebé al nacer que registra el neonatólogo, son datos muy importantes para entender el crecimiento luego del nacimiento. Por ello, conservar esa información es de gran utilidad y les será solicitada por el pediatra como punto de partida para controlar el crecimiento.

Durante la infancia y adolescencia están previstos controles periódicos en los cuales siempre se debe pesar y medir a los chicos. Luego, el pediatra va a comparar la estatura de ese día con la medición que hizo en la consulta previa y así va a calcular cuántos centímetros creció en el tiempo que pasó de un control a otro. Esto es lo que llamamos “velocidad de crecimiento”.

Para cada etapa de la vida se espera que el niño/a crezca a una determinada velocidad de crecimiento y eso es lo que tiene que confirmar el pediatra para definir si el crecimiento es normal, lento o acelerado.

Existen gráficas que ayudan a ver cómo progresa el crecimiento y seguramente las han visto en el consultorio del pediatra.

Aquí les muestro 2 ejemplos. Para graficar la estatura unimos la edad con la estatura del niño/a:

 

Laura es una niña de 10 años. Hoy mide 132 cm. Esta información está graficada con un círculo amarillo. La estatura de Laura está dentro de la normalidad para su edad. Para saber cómo crece, buscamos una medida de su estatura de un control anterior. A los 9 años Laura medía 127 cm, graficado con el círculo azul. Esto quiere decir que en 1 año, Laura creció 5 cm. Su velocidad de crecimiento es 5 cm/año. Como la línea que une los 2 puntos tiene la misma pendiente que las líneas del gráfico, sabemos que es normal.

 

 

 

Pablo es un niño de 8 años y mide 122 cm. Esta información está graficada con un círculo amarillo. La estatura de Pablo está dentro de la normalidad para su edad. Hace 1 año, a los 7 años, Pablo medía 120 cm, graficado con el círculo azul. Esto quiere decir que en 1 año, Pablo creció 2 cm. Su velocidad de crecimiento es 2 cm/año y es menor a lo esperado para esta edad.

 

 

Crecer bien refuerza la idea que el niño/a está saludable.

Crecer menos de lo esperado para la edad, amerita investigar qué le puede estar sucediendo.

Al principio, el pediatra charlará con la familia, revisará a los chicos y posiblemente pedirá algunos estudios. De acuerdo con todos estos resultados, se decidirá si es necesario consultar con el endocrinólogo infantil para profundizar el estudio del crecimiento.

Las gráficas de talla serán muy útiles al momento de comprender el crecimiento. Un dato interesante es que, para una misma edad, la talla puede variar en 20 a 25 cm y así se muestra en el gráfico 2 señalado con asteriscos (*). Por ello podría ser normal que un niño tenga un compañero que le lleve “2 cabezas”. En consecuencia, lo importante es seguir la trayectoria de cada chico individualmente, independientemente de la estatura de sus pares.

 

Seguir leyendo: ¿Por qué evaluamos el crecimiento de los niños?

 

 

** Diagrama ilustrativo. No se pretende infringir derechos de autor.