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Comunicación de la ciencia: CEDIE y sociedad
La programación fetal y su impacto en la salud del adulto
Por Dra. Mariana Lorena Tellechea
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El aumento en la prevalencia de la obesidad y la diabetes, así como de otras enfermedades metabólicas en todo el mundo ha llevado a los científicos a mejorar el entendimiento acerca de las posibles causas. En este sentido, el concepto de la programación fetal ha proporcionado un marco para la comprensión del origen de muchas enfermedades del adulto.
La programación fetal se define como un proceso de adaptación por el cual la nutrición y otros factores ambientales alteran las vías de desarrollo durante el período de crecimiento prenatal, induciendo con ello cambios en el metabolismo y la susceptibilidad de los adultos a la enfermedad crónica. Este concepto actualmente es conocido como “origen en el desarrollo de la salud y enfermedad” (DOHaD por sus siglas en inglés Developmental Origins of Health and Disease) debido a la creciente convicción de que el efecto sobre la salud del individuo está presente desde la concepción hasta los primeros años de vida.
Las alteraciones en la trayectoria de crecimiento y desarrollo intrauterino, así como durante los primeros años de vida, generan cambios funcionales que en el adulto llevan a un riesgo aumentado de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, asma, entre otras. Diferentes factores pueden contribuir separada o aditivamente a estas alteraciones. Entre ellos podemos mencionar la malnutrición, el sedentarismo, la exposición a toxinas (alcohol, cigarrillo) o a glucocorticoides sintéticos, e incluso el estrés propiamente dicho. En los años ochenta, el epidemiólogo británico David Barker comenzó un estudio sobre este tema y así surgió la teoría de Barker. La misma sostiene que el bajo peso al nacer es un indicador emblema para demostrar la correlación entre un ambiente intrauterino adverso y la posibilidad de una futura instauración de enfermedad cardiovascular ¡A partir de aquí comenzaría un nuevo paradigma! El bajo peso al nacimiento no solo se asocia a un riesgo aumentado de padecer complicaciones en el periodo neonatal, y a un aumento en la mortalidad perinatal, sino que, además, se asociaría a mayor riesgo de enfermedad en la vida adulta.
En 1944–1945, el bloqueo alemán a Holanda llevo a la falta de alimentos causando “el invierno holandés del hambre”, dejando una severa malnutrición en la población, incluyendo mujeres en diferentes estadios de embarazo. Este suceso trágico se convirtió en una oportunidad para estudiar el efecto a largo plazo de la desnutrición materna en periodos específicos durante la gestación. Los niños nacidos durante o después de la hambruna presentaban alteración en el metabolismo de la glucosa, así como mayor riesgo de obesidad y de enfermedad coronaria. Diferentes estudios tanto epidemiológicos como experimentales confirmaron luego la asociación entre la malnutrición - tanto la desnutrición como la sobrenutrición - durante el embarazo y efectos adversos en la descendencia.
Actualmente, los científicos se concentran en encontrar mecanismos moleculares que expliquen o den plausibilidad biológica a estas observaciones. Existe evidencia de que los efectos de programación podrían no estar limitados a la primera generación directamente expuesta, sino que podrían ser transmitidos a las generaciones subsiguientes. Esto sugiere la existencia de mecanismos por los cuales los cambios metabólicos son transmitidos a la descendencia. La epigenética podría ser uno de estos mecanismos. La epigenética comprende una serie de modificaciones químicas sobre el ADN y las proteínas que interaccionan con este - las cuales regulan la expresión de genes a corto y largo plazo - sin alterar el código genético.
En términos evolutivos, se cree que la programación fetal existe para otorgar al feto un mecanismo para adaptarse a las condiciones del ambiente intrauterino. La buena noticia es que este concepto de programación provee también estrategia para revertir los procesos de programación. Tales estrategias de reprogramación podrían ser intervenciones nutricionales, cambios en el estilo de vida o terapias farmacológicas; interviniendo en un estadio fetal o durante la infancia, antes de que las manifestaciones clínicas de la enfermedad se hagan evidentes en el adulto! Por el momento varios estudios en modelos animales han demostrado que la programación durante el desarrollo de la enfermedad del adulto es potencialmente reversible por intervenciones nutricionales durante el periodo de plasticidad del desarrollo.
Autor: Mariana L Tellechea
Editores: Susana Nowicki, María Noel Galardo, Rodolfo Rey
Consejo Editorial "CEDIE y Sociedad"
* Imagen meramente ilustrativa. No se pretende infringir derechos de autor.