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Leptina: una pieza clave entre la obesidad y la infertilidad masculina

Por Marina Dasso


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La obesidad es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una acumulación anormal o excesiva de grasa corporal que es perjudicial para la salud. Datos aportados por este organismo indican que la población obesa se triplicó desde 1975 hasta el 2016. En el año 2020 se reportaron 150 millones de niños y adolescentes entre los 5 y 19 años con obesidad, mientras que las cifras para los adultos con esta condición o sobrepeso alcanzaban un valor de 1900 millones. Este depósito excesivo de grasa se asocia con el desarrollo de otras patologías como la diabetes, la enfermedad cardiovascular y el cáncer. Además, se ha observado que la obesidad trae aparejados problemas en la fertilidad.

El exceso de grasa se debe al aumento del tejido adiposo, un tejido compuesto principalmente por células especializadas en la acumulación de gotas de lípidos llamadas adipocitos. Estas células además cumplen una función endócrina relacionada con la producción de hormonas. En el año 1994 se describió por primera vez a la leptina como una hormona secretada por el tejido adiposo. Esta proteína ejerce sus funciones en las células al unirse a su receptor, denominado receptor de leptina, presente en la membrana de diversos tipos celulares. Se ha observado que existe una correlación positiva entre la cantidad de tejido adiposo que tenemos y los niveles de leptina circulantes, es decir, que, a más masa grasa, mayor es la concentración de esta hormona en la sangre.

La leptina cumple diversas funciones en el organismo, entre ellas se encuentra la regulación de la ingesta. Esta hormona es anorexigénica, por lo que tiene la capacidad de enviar una señal al cerebro donde informa que ya no es necesario seguir ingiriendo alimentos debido a que están satisfechos los requerimientos energéticos de nuestro organismo. Como resultado se produce una disminución de la ingesta. Sumado a esta función, la leptina regula el consumo energético aumentando el gasto de energía. Diversos estudios indican que en un estado de obesidad se producen alteraciones que pueden llevar a una resistencia a la leptina, lo que significa que esta hormona ya no es capaz de cumplir sus funciones. Este tipo de situación se caracteriza por disminución de la saciedad, sobreconsumo de nutrientes y aumento de la masa corporal.

En relación con la fertilidad, es sabido que un estado nutricional saludable es necesario para un normal funcionamiento del sistema reproductivo. En este sentido, las acciones de la leptina son de suma importancia para el desarrollo de la pubertad y del ciclo reproductivo. Una de estas funciones es la de estimular la secreción de las hormonas luteinizante (LH) y foliculoestimulante (FSH), sustancias denominadas gonadotrofinas, claves en el desarrollo y mantenimiento de las funciones reproductivas del organismo.

Cabe mencionar que es importante que la leptina circulante se mantenga en niveles adecuados para ejercer su función: una baja o alta concentración de esta hormona resulta perjudicial para el organismo. Se ha observado que la obesidad está asociada a un incremento en el riesgo de infertilidad tanto en mujeres como en varones. En particular, diversos estudios han demostrado que la obesidad masculina lleva a una disminución en la calidad del semen, lo cual aumenta la probabilidad de que los individuos sean infértiles. Considerando que se han observado mayores niveles de leptina en pacientes obesos infértiles que en obesos fértiles es que se ha postulado que los altos niveles de leptina podrían ser los responsables, al menos en parte, de las alteraciones observadas en la función reproductiva en individuos obesos. Esta hipótesis está avalada por el hallazgo que muestra que las diferentes células presentes en el testículo, tales como células de Leydig, células de Sertoli, células germinales y los espermatozoides poseen el receptor de leptina, lo que indica que este órgano es blanco de acción de la hormona. Además, se ha comprobado que altos niveles de leptina disminuyen la producción de testosterona por las células de Leydig. La testosterona es una hormona fundamental para la producción de espermatozoides, así como para el desarrollo y mantenimiento de los caracteres sexuales masculinos.

Sin embargo, poco se conoce sobre el impacto de leptina en las otras células presentes en el testículo, como las células de Sertoli, cuya principal función es la de actuar como soporte físico y nutricional de las células germinales y de los espermatozoides que serán los encargados de fecundar al óvulo para generar un nuevo individuo.

Desde la primera descripción de la leptina casi 30 años atrás, mucho se ha investigado acerca de las acciones que ejerce esta hormona en nuestro organismo. Dada la multiplicidad de efectos que se han observado resulta importante seguir avanzado en el estudio de sus acciones y la relación con la infertilidad en varones obesos. Es por ello que nuevas investigaciones relacionadas a la regulación por leptina de todas las células presentes en el testículo podrían ayudar a esclarecer algunos de los mecanismos involucrados en la subfertilidad/infertilidad asociada a la obesidad.

Dasso

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