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Pubertad en niñas ¿Qué ocurre cuando su inicio se adelanta?

Por Dra. Andrea Arcari


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La pubertad es el período de desarrollo que sucede a la niñez y en el que se producen los cambios físicos como consecuencia de cambios hormonales que preparan a los niños y niñas para adquirir las características corporales adultas y la capacidad reproductiva. Este proceso ocurre por la adecuada reactivación del sistema o eje que involucra el hipotálamo, la glándula hipófisis y las gónadas (los ovarios en las mujeres y los testículos en varones) que en respuesta a las gonadotrofinas (hormonas secretadas por la hipófisis) y a un sistema de regulación local producen esteroides sexuales y péptidos gonadales que regulan el eje.

Simultáneamente con la aparición de los cambios físicos durante la pubertad en ambos sexos ocurren modificaciones en el comportamiento (cambios psicosociales); estos permiten a los individuos obtener autonomía en forma progresiva y adquirir la identidad sexual. Estos cambios psicosociales se prolongan más allá de la finalización del proceso de los cambios físicos, en la transición hacia la vida adulta.

La edad de la pubertad en el ser humano está fuertemente influenciada por factores genéticos, étnicos, nutricionales y medioambientales. En la niña, el inicio puberal se evidencia por el comienzo de desarrollo mamario o telarca. La edad ampliamente aceptada en niñas como límite para el inicio del desarrollo puberal son los 8 años. En EE. UU. y Europa, desde el siglo XIX, se había registrado un adelanto en la edad de la menarca (aparición de la primera menstruación), pero en las últimas décadas esta tendencia parece haber cesado. A diferencia de la menarca, la edad de inicio de la telarca se ha adelantado debido al incremento de obesidad infantil y a otros factores como los disruptores endocrinos (DE). Los DE son sustancias exógenas, que se encuentran en el medio ambiente o alimentos y que interfieren con la producción, liberación, transporte, metabolismo o acción biológica de las hormonas del sistema reproductivo. Las sustancias similares al estrógeno pueden producir adelanto del desarrollo mamario dependiendo del tiempo y del momento de la exposición.

En las niñas, cuando la pubertad se presenta antes de los 8 años se considera pubertad precoz. Esta condición es más frecuente en niñas que en varones con una relación de 10 niñas por cada varón con pubertad precoz. En más del 90 % de los casos de pubertad precoz en niñas es de causa central (dependiente de gonadotrofinas) y en la gran mayoría de los casos se desconoce la causa siendo considerada idiopática. Además se reconocen causas hereditarias o familiares en algunos casos debido a variantes de secuencia activadoras o por pérdida de función de genes relacionados a la activación del eje hipotálamo-hipófiso-gonadal. Aunque menos frecuentemente, la pubertad precoz en niñas también puede ser debida a patología endocraneana como malformaciones o tumores del sistema nervioso central.

Existe tratamiento seguro y eficaz para tratar la pubertad precoz, como es el uso de análogos de GnRH que frenan en forma transitoria y reversible la actividad del eje hipotálamo-hipófiso-gonadal. Existen varias drogas con diferentes formulaciones de depósito para aplicación mensual, trimestral y semestral.

Entre las posibles complicaciones de la pubertad precoz se incluyen una menor ganancia de estatura dado que las niñas con pubertad precoz pueden crecer rápido al principio y ser altas en relación con sus pares. Sin embargo, como los huesos de su esqueleto maduran más rápido que lo normal, también detienen el crecimiento antes de lo habitual. Esto puede determinar que cuando sean adultas tengan una estatura menor que la de las demás. El tratamiento temprano de la pubertad precoz, especialmente cuando esta se produce en niñas a edades muy tempranas, puede ayudarlas a alcanzar una estatura mayor de la que adquirirían de no ser tratadas. El tratamiento también puede mejorar los problemas sociales y emocionales. Las niñas que comienzan la pubertad mucho antes que sus pares pueden ser extremadamente tímidas por los cambios que se producen en su cuerpo. Esto puede afectar su autoestima y aumentar el riesgo de depresión.

Durante la pandemia Covid 19 se ha reportado en distintas regiones del mundo, un llamativo aumento de consultas por pubertad precoz en niñas. En los últimos años se conocieron varias publicaciones en relación con este fenómeno. El primer reporte sobre este cambio surgió en Italia donde se describió un aumento de los casos de pubertad precoz y una progresión puberal acelerada durante el aislamiento por COVID-19, comparado con cifras de la misma institución durante los 5 años previos. También en Argentina, se publicaron estudios al respecto y se realizó una encuesta a endocrinólogos infantiles de diferentes regiones del país, acerca de la percepción de los profesionales sobre el aumento de casos de pubertad precoz durante la pandemia. Si bien no pudo identificarse una causa clara del aumento de casos de pubertad precoz durante este período en niñas, se han señalado como posibles desencadenantes ciertas situaciones vinculadas al aislamiento por la pandemia tales como el estrés, el sedentarismo, las alteraciones del ritmo sueño-vigilia y la exposición a pantallas de dispositivos electrónicos. Serán necesarios más estudios para poder determinar la causa en estos casos.

Es importante resaltar que la detección temprana de las niñas con desarrollo puberal precoz con una rápida derivación al especialista en endocrinología infantil para conocer su origen, indicar el tratamiento y su posterior control redundará en beneficios para la salud física y psicosocial de estas pacientes.

Autor: Endocrinóloga Infantil Andrea Arcari

Sector  Endocrinología Ginecológica.

Jefa de la División de Endocrinología, Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez

Editores: Patricia Pennisi, Mariana Tellechea, María Noel Galardo, Héctor Jasper, Rodolfo Rey

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