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No todo son malas noticias en Oncología Infantil
Por Florencia Clément
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Quizá una de las ideas más angustiantes para cualquiera de nosotros como padres sea la de pensar que nuestro hijo pueda tener cáncer. Algunos sacamos rápidamente la idea de nuestra mente, como una suerte de cábala o una reminiscencia de la fantasía infantil de que “si lo pienso” entonces “va a ocurrir”. Es entendible. Asociamos el cáncer con sufrimiento, tratamientos agresivos e inevitablemente, con la muerte. No debe haber ninguna enfermedad, por más grave que sea, tan temida como el cáncer. Y más aún, si el enfermo es un niño. Sin embargo, EL CÁNCER TIENE MUY BAJA INCIDENCIA EN PEDIATRÍA Y EN LA MAYORÍA DE LOS NIÑOS ES CURABLE. La triste realidad es que la probabilidad de curarse de un niño con cáncer, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), depende del lugar donde vive: En países desarrollados la sobrevida a los 5 años del diagnóstico, que a fines del siglo XX era del 40%, hoy es mayor al 80%, pero en países de ingresos medios o bajos la sobrevida apenas alcanza un 20%. La buena noticia es que, según la última publicación del “Registro oncohematológico infantil argentino” (ROHA, 2018) la sobrevida global de los niños argentinos con cáncer es del 72%. Esto se debe, en parte, a que pueden recibir los mismos tratamientos que en los mejores países del mundo y que nuestro sistema de salud permite que todos tengan acceso a ellos.
Y hay más motivos para alegrarnos. Probablemente la mayoría de nosotros no sepa que hoy los niños con cáncer reciben sus tratamientos sin internaciones, ya sea en hospitales de día o en internaciones domiciliarias, mirando TV o jugando juegos electrónicos, y que en vez de ser pinchados numerosas veces hasta encontrar una vena por donde pasar la medicación se les colocan catéteres implantables a través de los cuales reciben la quimioterapia. No sé cuan difundido está que las drogas quimioterápicas son cada vez más tolerables y los fármacos para paliar los efectos colaterales más eficaces, que las pelucas actuales, que hasta pueden hacerse con el propio cabello del niño antes que lo pierda, evitan que su entorno esté permanentemente atento a su enfermedad (¡En algunos casos ni siquiera se dan cuenta que cambiaron el pelo!), del mismo modo que ocurre con todo el resto de las prótesis. Quizá no todos estén al tanto de que no es indispensable que abandonen el colegio los meses que están haciendo quimioterapia ya que hay programas especiales para que mantengan la escolaridad, y que en todo momento son tratados por un equipo multidisciplinario, cada uno desde su mirada bogando por su bienestar: médicos, enfermeros, kinesiólogos, especialistas en salud mental, en tratamiento del dolor y muchos más.
Y todo esto sumado a lo que ya se sabía: que los niños tienen mejor tolerancia a dosis más altas de medicación, que se recuperan más rápidamente después de cada tratamiento (Hoy están con náuseas recibiendo su quimioterapia… ¡Y mañana jugando en la plaza!) y que tienen menos complicaciones, ya que (en palabras del Dr. Cardoso, oncólogo infantil en una entrevista del diario “La Voz”) ellos tienen “todos sus sistemas 0 Km”: los niños no se han infartado, no tienen hipertensión ni los otros achaques que llegan con la edad.
En Argentina se diagnostican cada año 1700 niños con cáncer, pero más de 1200 estarán vivos a los 36 meses del diagnóstico, y si miramos hacia atrás veremos que las cifras son cada vez mejores: En el período 2000-2004 la sobrevida a 3 años fue del 63,1%, entre el 2005-2009 de 68,4% y en el último período analizado en el ROHA, 2010-2014, fue de 72,4%.
Definitivamente creo que hay muchas noticias para alegrarse y seguir esforzándonos por más. La OMS, con apoyo del St. Jude Children's Research Hospital de Estados Unidos, puso en marcha en 2018 la Iniciativa Mundial contra el Cáncer Infantil, que ofrece a los gobiernos asistencia para ayudarlos a establecer programas contra el cáncer infantil y tiene por objetivo lograr para 2030 una tasa de supervivencia de, como mínimo, el 60% de los niños con cáncer de todo el mundo, lo que supone prácticamente duplicar el porcentaje actual y salvar un millón más de vidas en los próximos diez años. Creo que hay más que suficientes motivos para que el próximo 15 de febrero#, nos coloquemos un lazo dorado y nos sumemos a esta inmensa causa.
#Cada 15 de febrero se celebra el Día Internacional del Cáncer Infantil. Este día tiene como propósito crear conciencia sobre la enfermedad y expresar el apoyo a los niños y adolescentes que la padecen, los supervivientes y sus familias.
Autor: Florencia Clément
Grupo: Factores de Crecimiento y Biología Tumoral
Editores: Mariana Tellechea, Rodolfo Rey, Héctor Jasper, Noel Galardo, Patricia Pennisi
Consejo Editorial "CEDIE y Sociedad"
* No se pretende infringir derechos de autor. Imagen ilustrativa.