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¿Qué es una enfermedad genética? ¿Cómo se diagnostica?
Por Sandra Rozental
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En la actualidad, cualquier situación patológica se entiende como la resultante de un efecto combinado, y variable, entre factores genéticos y ambientales. Para algunas enfermedades, la influencia del componente genético es determinante y, para otras, el componente genético confiere predisposición y existe un componente ambiental desencadenante.
Se considera entonces enfermedad genética a aquella cuyo origen está relacionado de manera determinante por alteraciones en el genoma (Fig 1) aunque exista una influencia del medio ambiente en su manifestación. Estas patologías pueden asociarse a manifestaciones clínicas de diversa severidad como trastornos del neurodesarrollo, trastornos del crecimiento, malformaciones congénitas, trastornos del desarrollo sexual o infertilidad. Suelen ser difíciles de diagnosticar y actualmente son prioritarias para la salud pública y la investigación.
Una enfermedad genética puede ocurrir por anomalías en los cromosomas y cambios en el cariotipo (ver https://cedie.conicet.gov.ar/citogenetica-humana/), por alteraciones (o variantes) en un gen (ver https://cedie.conicet.gov.ar/para-que-sirven-los-estudios-de-secuenciacion-del-adn-en-relacion-con-la-salud-humana/) o por pérdida o ganancia de segmentos cromosómicos que se describen como variantes en el número de copias o CNVs (ver https://cedie.conicet.gov.ar/la-tecnologia-de-array-cgh-y-su-aplicacion-en-pediatria/) Todos estos cambios o alteraciones genéticas pueden ser heredadas o pueden ser esporádicas o “de novo” si se presentan por primera vez en una familia.
Además, diversas enfermedades pueden relacionarse con cambios en la expresión de los genes pero que se originan por modificaciones químicas del material genético denominados cambios epigenéticos.
Existen técnicas de laboratorio que pueden identificar muchas de estas alteraciones genéticas relacionadas con la salud y permiten confirmar o descartar una enfermedad o aclarar su causa. Algunas de estas técnicas investigan los genes (genómicas) y otras los cromosomas (citogenomicas) y pueden tener diferentes niveles de aproximación diagnóstica. O sea, pueden investigar todos los genes o todos los cromosomas en un mismo estudio (cariotipo, secuenciación del genoma completo o WGS, Array-CGH etc), pueden analizar un grupo de genes o cromosomas (estudios genómicos por paneles, MLPA etc) o pueden estar orientadas a la detección de un cambio específico en un gen o cromosoma (hibridación in situ fluorescente o FISH, secuenciación de SANGER etc).
Por lo tanto, no existe un único estudio que pueda analizar todas las posibles alteraciones genéticas. Según los datos clínicos y los antecedentes familiares, el médico indicará el estudio apropiado. En algunos casos el diagnóstico depende de un test específico fácil de definir y en otros casos el proceso puede ser más largo y complejo y puede requerir la integración de diferentes técnicas y/o estudios en diferentes miembros de la familia. Esto está relacionado a los diferentes cambios o variantes que pueden originar una enfermedad genética y también a las diversas manifestaciones clínicas que pueden tener cada una de ellas.
La detección de una alteración genética que identifica la causa de la enfermedad es importante para establecer el diagnóstico y definir los tratamientos más adecuados dirigidos a mejorar los síntomas y prevenir complicaciones.
Estos estudios también pueden indicarse antes de que aparezca cualquier síntoma de la enfermedad si existen familiares afectados y se detecta un riesgo para desarrollarla. El diagnóstico precoz presintomático es de gran valor en aquellas situaciones susceptibles de la aplicación de tratamientos preventivos o modificación de hábitos de vida. En otros casos, estos estudios pueden indicarse para evaluar exclusivamente el estado de portador/a de cierta alteración genética que, aunque no vaya a ocasionar ningún trastorno al propio individuo en el futuro, permite valorar el riesgo de transmitir la enfermedad a sus hijos/as. En estos casos, de confirmarse estado de portador/a y el riesgo de transmisión, podrían aplicarse técnicas diagnósticas para realizar diagnóstico prenatal o preimplantatorio en el feto o el embrión.
En definitiva, una característica que distingue a los estudios genéticos de otras pruebas de laboratorio es que sus resultados tienen implicancias para los pacientes y sus familiares. Por eso, es fundamental que sean indicados, realizados e interpretados por equipos profesionales interdisciplinarios con amplia experiencia en el campo de la genética humana.
Sin embargo, y a pesar de una evaluación clínica exhaustiva y de la realización de diferentes estudios genéticos, el diagnóstico no siempre es posible. Las limitaciones se deben principalmente a la falta de conocimiento sobre los factores genéticos vinculados a muchas patologías, especialmente porque muchas de ellas son muy poco frecuentes y con escasa investigación hasta el momento. Por eso en la actualidad se han generados redes y consorcios a nivel internacional para el intercambio de datos clínicos y genéticos de pacientes con patologías no diagnosticadas. Gracias a estos trabajos colaborativos cada vez es posible tener más información sobre los factores causales o predisponentes de muchas enfermedades y de las estrategias más beneficiosas para mejorar su salud.
Autor: Bioquímica Sandra Rozental
Grupo: Laboratorio de Endocrinología, Sector Diagnóstico Genético
Editores: Maria Noel Galardo, Héctor G. Jasper, Ana Chiesa, Rodolfo Rey, Mariana Tellechea, Patricia Pennisi
** Estudios genéticos según su objetivo clínico